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Desconocida

  Siempre me había sentido orgulloso de mi trabajo. Desde que estaba en la universidad, me apasionaba por conocer lugares nuevos y gente experimentada en el campo del turismo. Ahora, ya habían pasado unos cuantos años, desde entonces, y mi profesión seguía llenándome de felicidad en cada recorrido que planificaba como guía turístico.   Aquel día no fue diferente. Un pequeño y variado grupo venía por el recorrido del cementerio histórico, el cual era bastante solicitado. Me presenté ante el grupo, mientras inesperadamente vi al cielo mirando una bandada de pájaros volar. Una abuela, quien formaba parte del grupo tomó mi brazo para traerme de vuelta al presente. Sonreí.   Comenzamos la caminata por el campo santo, apreciando la belleza surrealista con la que estaban decoradas algunas tumbas. La abuela volvió a llamar mi atención, hablándome en un idioma que no comprendía, mientras señalaba un punto en un mapa que trazaba la ruta intransitable...

PrimmeRose: un pueblo lejano. III

 Habían pasado un par de años- Thomas Soulone estaba viendo la lluvia caer, en la terraza de aquel edificio. El gris del cielo y la brisa suave, junto al sonido de las gotas de lluvia eran parte de las pequeñas cosas de la vida que había aprendido a apreciar. 

El jefe de la policía, Emeril, se encontraba tranquilo en sus labores rutinarias. Había desestimado el rastreo a Thomas, porque no tardó en comprender la verdad. Así que decidió dejarlo en paz, ordenando a Bruno y Jonas que no continuaran con la vigilancia. 

Soulone, siguiendo su costumbre vespertina, almorzaba en la tranquilidad de su hogar; una sopa muy caliente y una cerveza muy fría eran todo lo que necesitaba para saber que la felicidad existía en los pequeños actos del día a día. Llevaba meses, quizás años, intentando comprender situaciones que finalmente parecían tomar forma en el enorme abanico de experiencias que había vivido durante toda su vida, y por supuesto, luego de su llegada a PrimmeRose. 

Hacía un recuento de su vida íntima. Fue consciente de que por mucho tiempo cargó con el peso de un divorcio propio, con una separación que tenía una carta de fin desde el comienzo, y un montón de deseos acumulados por personas que le parecían, para entonces, inalcanzables. 

Una crisis emocional lo llevó a buscar ayuda, y ahora sentía estar dando sus primeros pasos de vuelta a la vida, aun cuando estaba desempleado desde hace varios meses, y parecía estar en un esfuerzo diario constante por salir adelante. 

Durante este proceso solitario, Thomas comprendió que Divertida no lo quería, que cuando lo conoció ya le habían contado sobre él, precisamente, aquel ex con quien Soulone había atravesado dificultades de diferentes tipos, y que había desencadenado en el fin de la relación cuando tuvo un accidente, al cual su ex fue indiferente a todos los años viviendo juntos. 

Como era de esperarse, Divertida y Caroline, hicieron una apuesta en cuanto Thomas conoció a Estrict. Caroline lo enamoraría y vería hasta dónde sería capaz de llegar Soulone. Thomas, efectivamente se enamoró de Caroline, ya que ella le hablaba de sus antiguos amores y también sobre algunas otras historias lejanas de PrimmeRose, pero nunca sintió nada más que una amistad hacia Soulone, pues sólo lo veía como un amigo.  Thomas también había llegado a admirar a Divertida, quien luego de la apuesta, voluntariamente se mantuvo lejos de Soulone. Ellos sólo mantuvieron una brevísima amistad. 

Así que sobre Soulone que decir. Aquel chisme se había regado por PrimmeRose, y a los ojos de todos era un hazme reír. Muy pocas personas lo conocían verdaderamente, y para él, eso estaba bien. Tampoco tenía ninguna intención de aclarar nada sobre su vida, o cualquier cosa en donde los demás quisieran meter las narices. 

Pero lo más importante de esta historia es que, ése día, más que nunca, Soulone apreció su propia compañía. Apreció el lugar en la mesa, el plato de sopa caliente, la cerveza fría que le regalara su amigo el artista. Apreció oír la lluvia, verla caer y el petricor. Agradeció que alguien le brindara una cama, un techo y amor desinteresado. 

Y entonces, Thomas Soulone supo que esa paz valía mucho; que todos los años en PrimmeRose habían tenido un objetivo muy claro, que ahora acariciaba en el momento. Que finalmente se amaba a sí mismo como nunca antes en su vida lo había hecho y que, a veces, lo único que necesitas es lo que te da tu presente, y es todo lo que realmente necesitas para vivir. 


FIN

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